La sazón del talón, donde las trabajadoras sexuales muestran su dotes culinarias
Veintitrés cocineras participaron en el segundo concurso de cocina de la Brigada Callejera en Apoyo a la Mujer Elisa Martínez A.C el evento fue hecho para convivir, para despejar la mente y apostar a crear comunidad
Un manjar de olores, colores y sabores fue la mezcla que 23 cocineras lograron con sus platillos. La sazón esta tarde es muy especial y no es por ser comida gourmet, sino porque el toque de los platillos típicos mexicanos está presente en cada uno de los guisados que presentaron las 23 trabajadoras sexuales, ex trabajadoras o sus hijas, quienes participaron en el segundo concurso de cocina de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez A.C.
El evento se realizó el pasado 7 de marzo y tenía como objetivo apoyar a trabajadoras sexuales que en esta contingencia por Covid-19 están teniendo graves afectaciones económicas y de salud.
Las participantes ejercen o han ejercido el trabajo sexual, es por eso que se pueden considerar como la sazón del talón. Las concursantes en su mayoría son originarias de distintos estados de la república y con lo que presentaron en la mesa hicieron una remembranza a la comida de las comunidades de dónde son originarias. Los platillos estaban acompañados de un recetario que, además de detallar los ingredientes y procedimiento para realizar la comida, estaba hecho de manera artesanal y con el toque de creatividad de cada concursante.
Mónica Sarmiento y su madre llevaron un mole artesanal de la sierra totonaca, su sazón es herencia de las cocineras de Veracruz y a más de una asistente dejo chupándose los dedos, sin lugar a dudas el sazón era exquisito. Su mesa estaba acompañada de un recetario decorado con semillas, además, otros platillos como el chile con huevo, chiles rellenos de carne con hierbas aromáticas, frijoles refritos y arroz a la mexicana.
“Para mí representa un orgullo que mi madre me acompañé a sus 85 años, ya que fue quien me enseñó a elaborar estos platillos”, expresó Mónica. La cocinera es trabajadora sexual transgénero y cuenta con su marca de mole “Las Rositas”.
Mónica ganó el primer lugar en el concurso, pero en el “sazón del talón”, todas ganan. Cada una de las participantes recibió un regalo, el lugar de la premiación era lo menos importante pues en realidad este evento fue hecho para convivir, para despejar la mente y apostar a crear comunidad.
Verónica cumplió su anhelo de participar con sus platillos, que incluían tortitas de verduras y carne de res con chile pipian, ella nombró a su mesa “agradecimiento” y debido a que hace un año no pudo participar por complicaciones de salud derivadas de cirugías modelantes mal practicadas y con materiales de mala calidad.
Los jueces preguntaban los motivos que llevaron a las participantes a ser parte del evento y en qué estaba inspirado su platillo.
La ganadora de esta segunda edición expresó lo que para ella es ser mujer: “para mi ser mujer trans es estar muy orgullosa de quien soy, quiero decirlesa todos que debe existir respeto total a las chicas trans y a las trabajadoras sexuales”
El maíz predominó en casi todos los platillos, pero en particular, una participante realizó cada uno de sus manjares culinarios usando este ingrediente, que es base de la dieta de los mexicanos. Ella argumentaba que en el lugar de donde es originaria la gente es de muy bajos recursos, así que el ingenio para realizar diversos guisados con el mismo ingrediente es algo que caracteriza a las cocineras de su comunidad.
Tamales de arroz, corundas, chiles rellenos, tortas de plátano con queso, atole de manzana, niño envuelto, costillas bañadas de diferentes salsas y postres como arroz con leche y tapioca fueron parte del menú.
El concurso tuvo el apoyo de algunas madrinas y padrinos que donaron obsequios. Las concursantes compartieron sus alimentos con las y los asistentes.
Elvira Madrid, presidenta de Brigada Callejera expresó que el evento se hace con la finalidad de convivir y para mostrar que el derecho a la alimentación puede ser un acto colectivo que se le ha negado a las trabajadoras sexuales que durante la pandemia han visto mermados sus ingresos hasta en un 90 por ciento.
Antes de la pandemia, la Brigada tenía un registro de 7 mil 200 trabajadoras. La cifra se incrementó a 15 mil 200 en vía pública en puntos importantes de la ciudad, como la Merced, Tlalpan, Puente de Alvarado y se han abierto nuevos puntos como Xochimilco, Azcapotzalco y Tláhuac, por lo que urgen una atención por parte del gobierno.